If No sigues mucho las noticias de la ciencia, solo puedes ser consciente de la inteligencia artificial como una cosa nueva que de alguna manera hace que los tiktoks de gatitos canten versiones de Don't You Want Me Like You Want You Baby con una voz de niño. Si ese es su nivel de compromiso con la IA, entonces este documental competente y fluido ofrece una entrada muy accesible al tema. Sin embargo, no es una descripción general de lentes amplias del sujeto, sino un estudio basado en el personaje de una empresa específica de jugadores clave en la industria: Deepmind, cuyo nombre intercapado traiciona sus orígenes en la era tecnológica de 2010.
Resulta que DeepMind ahora se llama oficialmente Google Deepmind y es parte de un conjunto de divisiones que desarrollan robótica y resuelven problemas con IA, lo siento, AGI porque no es solo inteligencia artificial de la que estamos hablando aquí, sino inteligencia general artificial (se explica). El hecho de que Google y sus señores tecnológicos estén involucrados, por amables, por amables que parezcan cuando se ven en su vestido informal de oficina (al menos el ex CEO Eric Schmidt), significa que esto tiene más que un poco de sabor de video corporativo, esclusiva de inversores y sonroguez de autocontratulation al respecto. Pero el fundador y CEO británico de Deepmind, Demis Hassabis, logra parecer un tipo bastante agradable con una historia de fondo realmente interesante. Hijo de un padre griego y una madre singapurense criada en Londres, era un niño prodigio de ajedrez que se convirtió en diseñador de videojuegos; En cambio, optó por entrar en una forma más pura de investigación sobre cómo funciona el pensamiento en sí mismo, y ese se convirtió en su negocio.
Todo esto lleva a un logro satisfactoriamente climático para los Hassabis que los espectadores que leen las noticias de ciencias pueden conocer por los titulares recientes. Y lo que él y su colaborador John Jumper lograron con su modelo AI Alphafold, un programa que predice la estructura de las proteínas basadas en la secuencia química, es realmente notable. El director Greg Kohs usa la animación y todas las herramientas en la caja de herramientas de edición de video para explicar la ciencia en los términos de Crystal Clear Layperson, que en sí mismo no es una hazaña media. Pero es difícil no sentir que hay algunas dimensiones en la historia de AGI que se quedan en el contenedor de reciclaje de escritorio.
https://www.theguardian.com/film/2025/mar/19/the-thinking-game-review-deepmind-study-offers-wide-lens-view-of-our-tech-lords-and-agi