SpaceX lanzó su octavo vuelo de prueba de nave espacial desde las instalaciones de Starbase en el sur de Texas el 6 de marzo a las 6:30 p.m. EST. El cohete de 403 pies de altura se levantó con éxito, con su refuerzo en la primera etapa, súper pesado, completando un descenso controlado y siendo atrapado por los brazos “palillo” de la torre de lanzamiento. Esto marcó la tercera vez que SpaceX ha demostrado la técnica. Sin embargo, la misión enfrentó problemas como la etapa superior, conocida como Starship o simplemente “barco”, no completó su trayectoria planificada. Las fallas del motor condujeron a una pérdida de control, lo que resultó en un extremo temprano del vuelo.
El escenario superior de la nave espacial falla durante el ascenso
Según los informes, se esperaba que la etapa superior continuara su trayectoria suborbital, desplegando cuatro cargas útiles de prueba antes de salpicar en el Océano Índico. El plan se interrumpió cuando múltiples motores Raptor no funcionaron mal hacia el final del ascenso. Nueve minutos después del despegue, SpaceX perdió el contacto con el vehículo, y se cree que se separó a gran altitud. Los escombros fueron vistos más tarde cayendo sobre las Bahamas. La falla reflejó el resultado del vuelo 7, que enfrentó problemas técnicos similares en enero.
Investigación y modificaciones realizadas antes del lanzamiento
SpaceX había identificado previamente un problema de respuesta armónica durante el vuelo 7, que aumentó el estrés en los componentes del sistema de propulsión, causando fugas e incendios de propulsores. Se tomaron medidas para evitar una recurrencia, incluidos los ajustes a las líneas de alimentación de combustible, las temperaturas de los propulsores y los niveles de empuje operativos. Se introdujeron respiraderos adicionales y un sistema de purga de nitrógeno gaseoso para administrar potenciales fugas. También se probaron modificaciones adicionales al escudo térmico y los accesorios de captura del vehículo. A pesar de estos esfuerzos, la etapa superior se perdió una vez más.
Pruebas futuras y planes operativos
SpaceX tiene la intención de refinar el sistema de nave de naves para una reutilización rápida, con el objetivo de atrapar tanto el refuerzo súper pesado como el escenario superior utilizando los brazos de la torre de lanzamiento. Los sensores de radar en la torre se probaron durante el vuelo 8 para mejorar la medición de la distancia para futuros intentos. La compañía sigue comprometida a aumentar la frecuencia de lanzamiento de Starship, con la aprobación solicitada para 25 vuelos de prueba en 2025. La Administración Federal de Aviación había eliminado el Vuelo 8 después de una revisión de seguridad, y las investigaciones adicionales determinarán los próximos pasos para las próximas misiones.