El virus Oropouche (OROV), un patógeno transmitido por mosquitos previamente menos conocido, está ampliando rápidamente su alcance geográfico en las Américas, lo que provoca una mayor preocupación entre las autoridades de la salud. Inicialmente endémico de la región amazónica, el virus ahora se ha detectado en países como Bolivia, Cuba y, más recientemente, Colombia, donde los casos nunca antes habían sido reportados. La situación durante la última semana se ha intensificado, con Brasil registrando dos muertes atribuidas a este oscuro virus.
La Organización Panamericana de la Salud (PAHO) ha emitido una alerta epidemiológica urgente después del reciente aumento en los casos de OROV. Al 30 de julio de 2024, se han informado un total de 8.078 casos confirmados en cinco países de las Américas, incluidas Bolivia (356 casos), Brasil (7,284 casos), Colombia (74 casos), Cuba (74 casos) y Perú (290 casos). En particular, Brasil, que ha informado el mayor número de casos, también ha confirmado las primeras muertes relacionadas con el virus. Las muertes involucran a dos mujeres menores de 30 años, y han prestado alarma ya que la mortalidad no se había asociado previamente con infecciones graves de OROV.
El virus Oopouche se transmite principalmente a través de las picaduras de mosquitos infectados y mosquitos de mordedura, particularmente la especie Culicoides paraensiscomúnmente conocido como Maruim. Los síntomas de la infección de Orov se parecen mucho a los de la fiebre del dengue, otra enfermedad transmitida por mosquitos, lo que lleva a un posible diagnóstico erróneo. Los síntomas comunes incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, y una erupción. En casos severos, el virus puede causar trastornos neurológicos como meningitis o encefalitis. Los trastornos también asociados con Chikungunya y Zika.
La primera identificación del virus Oopouche ocurrió en Trinidad y Tobago en 1955, y desde entonces se ha asociado con brotes esporádicos, principalmente en regiones tropicales. El virus ha demostrado un marcado aumento de la actividad en los últimos años, con nuevos casos emergentes en áreas previamente consideradas no endémicas. En Brasil, donde el virus ha circulado predominantemente en el Amazonas, la enfermedad ahora se ha documentado en diez estados no amazonianos, lo que sugiere una expansión geográfica significativa.
El brote actual ha llevado a una mayor vigilancia y esfuerzos de diagnóstico en toda la región. Paho ha enfatizado la necesidad de que los países fortalezcan sus estrategias de prevención, detección y respuesta para mitigar la propagación del virus. Esto incluye mejoras medidas de control de vectores, campañas de concientización pública y una mayor capacidad de laboratorio para un diagnóstico preciso.
Uno de los desarrollos más preocupantes en la investigación en curso es el potencial de transmisión vertical del virus de mujeres embarazadas a sus hijos no nacidos. Este modo de transmisión, que recuerda al brote del virus Zika, está bajo investigación por las autoridades de salud brasileñas en colaboración con Paho. Aunque no se sabe que Orov es contagioso entre los humanos, la posibilidad de transmisión durante el embarazo plantea importantes preocupaciones de salud pública, particularmente dadas las graves consecuencias observadas con otros arbovirus como el Zika.
En respuesta a la creciente amenaza, se insta a los países de las Américas a permanecer atentos e implementar sistemas de vigilancia robustos para rastrear la propagación del virus. Los funcionarios de salud pública también abogan por una mayor investigación sobre la dinámica de transmisión del virus, las complicaciones potenciales y las estrategias de prevención efectivas.
El surgimiento del virus de Oropouche como amenaza para la salud pública sigue el brote de 2015 del virus Chikungunya (CHKV) y la epidemia de Zika en el norte de América del Sur al año siguiente. A medida que la situación de salud pública continúa evolucionando, el Instituto de Salud Pública (INS) de Colombia sigue en alerta máxima para evitar una mayor propagación y para proteger a las poblaciones vulnerables en dos departamentos, Meta y Amazonas, donde ahora se han confirmado casos.