Un incidente extraño y vergonzoso se desarrolló en Rusia cuando un equipo de baloncesto nacional colombiano falso participó en un torneo amistoso, lo que llevó a la controversia internacional y plantea preguntas sobre la supervisión de los eventos deportivos. El escándalo, que ha dejado a las autoridades de baloncesto rusas y colombianas que se apresuran a explicar, fue orquestada por un estudiante colombiano de 25 años, Christian David Mosquera Duran.
El amistoso torneo, celebrado en la ciudad rusa de Perm, contó con cuatro equipos, incluido lo que se creía que eran los equipos nacionales de baloncesto de Venezuela y Colombia. Sin embargo, rápidamente se hizo evidente que algo estaba mal. El equipo que representa a Colombia estaba lejos del equipo competitivo que uno esperaría de un equipo nacional. En cambio, fue un grupo de jugadores no profesionales que fueron superados severamente.
En un juego desigual contra BC Parma, el equipo colombiano falso sufrió una derrota humillante, perdiendo por 102 puntos con un puntaje final de 155-53. El equipo logró anotar solo dos puntos en el primer cuarto, siguiendo 41-2. La disparidad en el nivel de habilidad fue tan evidente que planteó preocupaciones inmediatas entre los espectadores y los funcionarios.
A medida que se desarrollaba el escándalo, el presidente de la Federación de Baloncesto de Rusia, Andrei Kirilenko, un ex jugador de la NBA, se encontró en el centro de la controversia. Enfrentando un aluvión de preguntas de los medios de comunicación, Kirilenko se apresuró a distanciar la Federación de Rusia de cualquier irregularidad, enfatizando que habían seguido procedimientos estándar para invitar a los equipos al torneo.
“Ciertamente no queríamos engañar a nadie y traer un equipo que hubiéramos vencido por 100 puntos”, dijo Kirilenko a los medios locales. “Naturalmente, después del primer juego de este equipo, quedó claro que no correspondía al nivel del torneo”.
Kirilenko continuó explicando que la Federación había seguido los mismos procedimientos para invitar al equipo nacional venezolano, cuyo liderazgo había llegado a Rusia como se esperaba. “Existe un procedimiento estándar para la interacción entre federaciones. ¿Realmente crees que tomaríamos algunos caminos torcidos? Kirilenko preguntó retóricamente.
La Federación de Baloncesto Colombiano responde
El incidente dio un giro aún más serio cuando la Federación Colombiana de Baloncesto se dio cuenta de que su nombre y logotipo habían sido mal utilizados en el escenario internacional. En una declaración fuertemente redactada, la Federación condenó la participación no autorizada del equipo falso y prometió emprender acciones legales contra los responsables.
“La Federación Colombiana de Baloncesto no otorgó el respaldo a ningún club para participar en la Copa de Amistad Rusa”, declaró la organización. La Federación también aclaró que nunca había recibido una propuesta formal de enviar un equipo al torneo en Perm, y agregó que buscaría un recurso legal para el “uso inadecuado de nuestra imagen y logotipo”.
A medida que las investigaciones continuaban, se reveló que todo el esquema había sido maestro por Christian David Mosquera Duran, un estudiante colombiano que reside en Rusia. Mosquera Duran, quien jugó en una liga de bajo nivel 3 × 3 en Kazan, no tenía credenciales profesionales de baloncesto. Sin embargo, logró engañar a la Federación de Baloncesto de Rusia haciéndose pasar por un representante oficial de la Federación Colombiana de Baloncesto.
Usando su dirección de correo electrónico personal, Mosquera Duran se comunicó con la Federación de Rusia con el pretexto de una personalidad falsa, Sofía Oobio. Se cree que obtuvo acceso a las cuentas de correo electrónico de la Federación de Baloncesto Colombiano, lo que le permite hacerse pasar por la organización y enviar una lista de equipo falso.
A raíz del escándalo, las federaciones de baloncesto rusas y colombianas se quedan para recoger las piezas. El incidente ha provocado llamados a procesos de verificación más estrictos en torneos internacionales para evitar ocurrencias similares en el futuro.
A medida que la investigación continúa, la extensión total del engaño de Mosquera Duran sigue sin estar claro. Sin embargo, el daño a la reputación de las comunidades de baloncesto rusas y colombianas es innegable. El incidente sirve como un marcado recordatorio de la importancia de los controles y equilibrios rigurosos en la organización de eventos deportivos internacionales. El “equipo” de Colombia estaba programado para jugar a Rusia el viernes, pero el juego fue cancelado después de que el fiasco llegó a los titulares internacionales.